El Apocalipsis del Diseño, o cómo la IA está cambiando las reglas del Juego
La inteligencia artificial (IA) está revolucionando el mundo en general y el del diseño gráfico, cada vez más, en particular. Cientos de aplicaciones web basadas en Dall-E (OpenAI), MidJourney y otros modelos ofrecen gratis –o casi gratis y, en cualquier caso, por precios muy por debajo de lo que podría costar el trabajo humano– la generación de productos de diseño gráfico amenazando con sustituir al diseñador “orgánico”.
Esto nos obliga urgentemente a reflexionar sobre cómo este nuevo paradigma afectará nuestra profesión.
A medida que la IA se desarrolla y se integra en nuestras vidas, crece también la preocupación de que pueda reemplazarnos a los diseñadores y hacer obsoleto el diseño tradicional. No es ninguna novedad: la IA ya está desplazando a muchos trabajadores y profesionales de otros sectores, como traductores, correctores, desarrolladores de software, etc.
Definiendo el Diseño en la Era de la Inteligencia Artificial
En primer lugar, es importante redefinir el diseño ante este nuevo paradigma y así diferenciar los productos generados de forma natural de los creados de forma artificial (por poner unas etiquetas para entendernos). Nuestro reto principal y natural es comunicar de manera comprensible y utilizable, sobre todo visualmente pero también a través de experiencias sensoriales de todo tipo, información guiada por una estrategia de comunicación, en el contexto de productos y marcas, así como su materialización en cualquier objeto (webs, aplicaciones, impresos…) del mundo físico o del digital.
Nuestro propósito fundamental, del que deriva ese reto, es resolver problemas y mejorar las experiencias de usuarios, clientes y corporaciones, lo que nos convierte en una parte integral e irreemplazable de esta cultura sensorial de la información, de la imagen y la comunicación inmediatas y globales en la que nos desenvolvemos.
A medida que la IA se va integrando más con los sistemas y las aplicaciones, es capaz de crear experiencias de usuario relevantes y personalizadas, lo que potencialmente reduce la necesidad de los diseñadores tradicionales en esa especialidad concreta del diseño, más que en otros sectores como el editorial o el publicitario, en los que también existe esta amenaza quizás en menor medida.
Un aspecto clave en el que la IA está teniendo un impacto es precisamente en la experiencia del usuario (UX). Las capacidades de análisis predictivo de la IA permiten resultados personalizados que mejoran la experiencia general del usuario a niveles cada vez más elevados.
En cualquier caso, el trabajo debe estar dirigido, controlado y valorado por un ser humano. Cualquiera no tiene criterio suficiente más allá del gusto personal para evaluar la efectividad e idoneidad de un proyecto de diseño dentro de una estrategia global de comunicación. Los directores de equipos dentro de los departamentos de diseño de grandes agencias no están asustados (todavía). Sin embargo, puestos de trabajo “inferiores” (entiéndase) destinados a la generación de piezas finales más abajo del escalafón sí que sienten el peligro a fecha de hoy. A fecha de mañana, nadie se librará de sentir miedo.
¿Hay Futuro para los Diseñadores ante la Amenaza de la IA?
En medio de estos rápidos cambios, los diseñadores nos enfrentamos a un futuro incierto, a una creciente incertidumbre sobre cómo podemos reaccionar ante este nuevo panorama amenazador.
Sin embargo, a pesar de los desafíos, creo que hay esperanza para el futuro del diseño “analógico” (léase de los diseñadores). Se espera que el elemento humano sea más reconocido, exclusivo y valorado, lo que conducirá al surgimiento de una nueva generación de diseñadores de carne y hueso, con emociones e imaginación más allá de la recopilación de imágenes en las redes y su posterior recompilación propias de los sistemas cibernéticos de diseño. También la reconversión (y hay más palabras que empiezan con “re”) de los diseñadores ya consolidados, a esa nueva mentalidad será fundamental si queremos seguir pintando algo en este nuevo paisaje.
Ante este futuro incierto se requiere una mente abierta y una gran adaptabilidad como habilidades esenciales para los diseñadores como también, por supuesto, para el resto de profesionales de sectores potencialmente amenazados por la IA, como los citados más arriba y otros. Y no olvidemos que apenas acaba de nacer y ya da un poco de miedo. Veremos cuando crezca.
Hay que aceptar el cambio e invertir esfuerzos en aquello que es mejor para todos: la evolución de la IA es una oportunidad única para utilizar nuevas herramientas cada vez más potentes (ver por ejemplo estas) que nos ayudarán a mejorar nuestro trabajo, nos servirán de apoyo de valor incalculable y nos aportarán, ya nos aportan, nuevos recursos para cumplir nuestra misión de diseñar un mundo cada vez más a la medida del ser humano, más usable y comprensible, soñando con nuestra visión de ese mundo mejor, guiados por nuestros valores éticos, como la sostenibilidad y la honestidad. Y un mundo más bello, por qué no.
Si no puedes vencerlos… Hazlos tus fieles sirvientes.