El dilema Figma

Hace unos días decidimos cambiar nuestra aplicación favorita para el diseño UI/UX, Sketch, por Figma, después de interesarnos por esta última nuevamente y comprobar que muchos usuarios de Sketch de toda la Galaxia lo estaban haciendo también… Pero, ¿será un adiós o un hasta luego?

Hace mucho tiempo, en una galaxia muy cercana…

Cuando Sketch hizo su aparición en 2010 y hacíamos nuestros primeros pinitos en el diseño de interfaces para aplicaciones, nos enamoró y en poco tiempo la estábamos exprimiendo al máximo. Era una aplicación especialmente concebida para eso, sin las complicaciones y limitaciones de Illustrator o Photoshop que, aunque muy capaces de ser utilizadas para ese fin, bien se pasaban de largo, bien no llegaban…

Sketch era simple pero podíamos ampliar sus funcionalidades con un número creciente de plugins y así crear un espacio de trabajo a medida y personalizado a nuestro gusto para el diseño UI/UX. Las opciones para colaborar con desarrolladores u otros diseñadores también se fueron implementando poco a poco, bien desde la misma aplicación, bien mediante el uso de módulos y aplicaciones de terceros, como Sympli o InVision.

Ya existían y fueron apareciendo muchos competidores, entre ellos XD de Adobe, el citado InVision, Marvel,… pero no le llegaban ni al tobillo y Sketch seguía creciendo en adeptos y funcionalidades, incluyendo la posibilidad de crear prototipos y simulaciones sencillas. En este último aspecto la superaban otras aplicaciones como Principle, pero se podían usar complementariamente. Nosotros, ávidos de novedades, las probábamos todas, pero seguíamos fieles a Sketch.

Estábamos en 2016 y en este escenario otra aplicación llamada Figma entró también en el mismo terreno de juego; funcionaba sobre el navegador web y tenía buenas opciones para la colaboración con otros usuarios, pero no nos llamó la atención especialmente. Lo del navegador no nos hacía mucha gracia, en particular. No poder trabajar offline no era una opción.

El despertar de La Fuerza (de Figma)

Pero el tiempo pasa y todo evoluciona aunque no al mismo ritmo: Hoy por hoy, Figma ha superado a Sketch en muchos aspectos –que resumiremos en un momento–, por lo que hemos decidido darle una oportunidad y agradecer a nuestro viejo amigo los buenos ratos pasados juntos.

Aunque quizás no sea un adiós sino un hasta luego, no lo sabemos.

Para empezar, Figma es una aplicación que corre en casi cualquier navegador web, o sea, en cualquier plataforma. Y también en el escritorio si queremos, lo que para los diseñadores suele ser preferible. Al menos en nuestro caso así es. Despedirnos de Sketch y dar la bienvenida a Figma supone además dejar atrás la farragosa necesidad de usar herramientas extra para colaboración y prototipado, las actualizaciones, los líos con los plugins o las diferencias con los usuarios de Windows (esa cosa) porque Sketch es «Mac Only» (y a mucha honra).

Especialmente en el tema colaboración, Figma es el campeón. Mucho más sencillo que InVision y bastante más completo que Sympli, permite trabajar con desarrolladores, clientes y equipo de diseño en tiempo real y (¿lo hemos dicho antes?) en cualquier plataforma. Es posible instalar una aplicación móvil que permite a los miembros del equipo y clientes realizar anotaciones sobre el prototipo y hemos probado la versión para iPad y comprobado que ¡tiene las mismas funcionalidades que la que instalamos en el Mac!

La migración de Sketch a Figma es muy sencilla: puede abrir sin problema los archivos en formato .sketch y el interface es similar, ofreciendo una edición de vectores más ágil y opciones de animación más avanzadas. Por el momento hay muchos menos plugins para ampliar sus funcionalidades, pero casi se agradece. También hay menos recursos como componentes o plantillas, pero al tiempo…

El Imperio (de Adobe) contraataca

Una aplicación tan buena (y bonita y barata) no podía pasar desapercibida, y no sólo por los profesionales que nos dedicamos a esto… Hace unos días el gigante Adobe también volvió sus enormes ojos hacia ella y, con un lento gesto, metió 20.000 millones de dólares en el bolsillo de Dylan Field, CEO y cofundador de Figma para comprar su bonita aplicación y quizás su alma también .

Este movimiento de Adobe ya lo hemos visto otras veces. FreeHand y PageMaker eran unas magníficas aplicaciones que competían respectivamente con Adobe Illustrator y Adobe InDesign como ahora lo hacía Figma con Adobe XD. Pasaron por el mismo proceso cambiando de manos un par de veces y acabaron abandonadas y agonizantes en una cuneta cerca de la mansión de Adobe.

Entonces muchos lo vimos venir y nos anticipamos, pero ahora no sabemos a qué atenernos: ¿Se repetirá la historia o debemos creer a Adobe (en la persona de David Wadhwani) cuando afirma que Figma seguirá funcionando de forma independiente y que su adquisición sólo significa ventajas y mejoras para los usuarios? El que ha mejorado su cuenta corriente es Dylan, desde luego…

Continuará… O no.

De momento no desinstalamos nada… ;D

Te sugerimos…